La Extraña dualidad de Jack Gatito Negro


    
Tengo un gato negro llamado Jack. Es un gato que era de un vecino pero vino a regalarse con nosotros desde el año pasado. Giorgio lo quiere mucho pero Dana, nuestra gata peluda de color crema, tiene sus reservas, no le gusta su presencia pero lo tolera. Jack es muy cariñoso conmigo y se deja hacer lo que uno quiera. Su pelo es pegadito al cuerpo y es muy brillante. Se pone a ronronear bien duro en cuanto lo toco... Pero hay ocasiones en los que sale y regresa diferente. No sé. La forma de su cara y sus ojos se ven raros.

    El año pasado se me juntaron noches en los que tenía pesadillas e insomnio. Gatito Jack llegaba de la calle, saltaba por la ventana, se subía a mi cama, ponía su cara en mi panza o en mis pies y a mí se me pasaba el ataque de ansiedad con su ronroneo.
    
    Si me ponía peor, con tristeza y pensamientos inquietantes, los 3 gatos saltaban a la cama y se acurrucaban conmigo para calmarme. En éstas ocasiones Dana hacía a un lado sus diferencias con Jack y los tres dormían conmigo. Giorgio y Dana a ambos lados y Jack en mis pies.
    
    Jack se pone apático y juicioso esporádicamente; a ratos siento su mirada en mi espalda hasta que volteo a verlo. Ésto pasó el viernes en la noche mientras me lavaba los dientes. Jack estaba echado debajo de la especiera en la cocina, no paraba de mirarme a través de la puerta abierta del baño.
    
    Pero más que miedo fué sorpresa lo que sentí porque tenía una mirada intensa. Cargada de disgusto y desaprobación. Era uno de esos días en que no parecía ser el mismo gato. Sostuve su mirada y parpadée lento esperando que él hiciera lo mismo.
    
    Te quiero. Le dije sin palabras.
    
    Pero él no respondió. No devolvió el parpadeo. Así que me puse en jarras, encarándolo y dije mientras seguía recibiendo ésa mala vibra de su parte:
    
    "Jack, eres guapísimo y muy lindo, pero hay días en los que DUDO que realmente seas un gato".
    
    El condenado me hizo un guiño. No me dejé asustar y le guiñé un ojo de vuelta. Ésta vez fué largo y sostenido.
    
    "¿Quién eres? ¿Quién eres" le pregunté a la cosa en su centro.
    
    "Jack" salió corriendo como si le hubiera echado ácido caliente y saltó por la ventana abierta de la puerta que da a la calle.
    
    Cuando Lorenzo llegó a la casa dijo que la sala olía a orines de gato. Estuvimos buscando pero no supimos localizar de dónde venía. Le conté lo que había pasado y de cómo salió corriendo cuando le dije que sabía que no era un gato.
    
    Y el olor del amonio desapareció así sin más... Aún no sé qué pasó. ¿Será que algo me espía a través de mi gato? ¿Quizás se sintió insultado porque le dije que no parecía un gato? O quizás, no quiero ni pensarlo... ¡¿Jack miraba con desprecio NO A MÍ, sino algo que estaba detrás de mí?!
    
    ¿Necesito terapia o hacer más oración? ¡AYUDAAA!



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Comentarios

  1. Hola Ivana. Gracias por compartir tu experiencia y tus letras. Ese gatito Jack toda una hazaña!!!!

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  2. Siento que Jack (como otros animalitos) nos cuidan y alejan cosas que no vemos. Qué bueno que tienes tres!!

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